Reparar chapa y pintura de coche
¿Os habéis preguntado alguna vez cómo es el proceso de reparación de chapa y pintado de un coche?
Cuando hay una pieza de la carrocería del coche dañada, habitualmente es más rentable y beneficioso para el propio vehículo, repararla. Para ello se utiliza masilla de moldeado fácil. Su función es la de adaptarse al abollón o corte, para ser moldeada hasta recuperar la forma original de la pieza.
La composición de materiales de la masilla debe facilitar el lijado y no puede ser poroso. A la hora de lijar es muy importante respetar el orden de las lijas para evitar defectos en el resultado final, de tal manera que empezaremos lijando la masilla con una P-80, seguiremos con una P-150 y acabaremos con una P-240. Lijando de este modo nos aseguramos que no queden rayas de lijado en la superficie de la chapa, ya que si nos saltamos este orden las rayas producidas se marcarán en la pintura. Lleva más tiempo esta manera de trabajar, pero el resultado es infinitamente mejor.
Cuando ya tenemos el cemento lijado con P-240 procedemos a aplicar el aparejo. Su función es la de conseguir una superficie lisa y regular allí donde hayamos aplicado masilla. Debe usarse un aparejo de alto espesor de dos componentes: aparejo + catalizador, y de fácil lijado con buena adhesión.
Es muy importante dejar secar bien el aparejo (8 horas a 20ºC) para que tras el pintado no de problemas como en algunas ocasiones ocurre por no respetar estos tiempos y temperaturas. Una vez seco totalmente, se lija con P-400 y se vuelve a lijar con P600. El resto de la pieza que no está dañada se lija con P1000 para matizarla (quitarle el brillo al barniz), de manera que podamos conseguir una buena adherencia tanto de la pintura como del barniz que apliquemos posteriormente.
Con la pieza preparada, procedemos al soplado para eliminar todas las partículas de polvo formadas durante el proceso de lijado. Hay que ser especialmente meticulosos con este proceso, además de hacerlo en un lugar que garantice la absorción de partículas en el aire. Bien soplado, se procede a limpiar la pieza con un desengrasante profesional para eliminar todo resto de contaminación de la pieza. Si quedase cualquier tipo de impureza pondríamos en peligro el proceso de pintado teniendo que volver a repetirlo.
Antes de pintar, es muy conveniente volver a soplar la peiza ayudándonos de una gamuza atrapapolvos para eliminar cualquier rastro de suciedad de última hora, y de nuevo en un túnel que garantice la limpieza del ambiente.
Asegurados de la pulcritud de la pieza a pintar, aplicaremos una primera mano de pintura suave, de manera que si se nos marca algún defecto, ser una mano suave, podremos limpiarla con mayor facilidad. Además si la primera mano la damos cargada, pueden salir rechupados.
Tras la primera mano de pintura suave, es imprescindible dejarla secar para un acabado final profesional de calidad.
Las siguientes manos podemos darlas más cargadas, pero es muy importante dejar que seque bien la pintura entre mano y mano, dándose tantas manos de pintura como sean necesarias hasta cubrir el aparejo. Habitualmente 2 o 3 manos son suficientes.
El proceso final llegar con el barniz: debemos aplicar 2 manos de barniz, la primera de manera suave, y la segunda más cargada, esperando 10 minutos entre mano y mano.
Efectivamente, reparar y pintar la chapa de un vehículo, por pequeña que sea la pieza, es un proceso muy laborioso, que requiere de materiales de primera calidad, equipos técnicos para lijar, pintar, secar, profesionales y en perfectas condiciones, gran destreza de los técnicos, y tiempo, una variable que define a menudo los acabados perfectos, de los buenos, regulares y malos.
Podéis contactar con nuestro equipo en:
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(Detrás del Decathlon de Gijón – Gasolinera de Roces – zona Alcampo)
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